Imagina la suavidad y dulzura del chocolate blanco. Es cremoso, con notas de vainilla y una textura que se derrite en la boca. El sabor es delicado y menos intenso que el chocolate negro, pero igualmente satisfactorio.Ahora, añade la frescura y la vivacidad de los frutos rojos. Piensa en fresas jugosas, frambuesas y arándanos. Estos pequeños tesoros aportan un toque ácido y una explosión de sabor. Las fresas aportan dulzura, las frambuesas un toque de acidez y los arándanos, un sabor profundo y ligeramente amargo.En conjunto, el helado de chocolate blanco con frutos rojos es como un baile armonioso entre la dulzura y la frescura